“Tengan el mismo sentir unos con otros…” (Romanos 12:16)
¿Qué creemos?
Por la Gracia de Dios, somos una Iglesia que se aferra a las Escrituras y creemos que solamente las Escrituras son inspiradas, inerrantes e infalibles, pero también le damos valor a las Confesiones, los Credos y a los Catecismos Históricos. Nos ha parecido bien adoptar la Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689 , como nuestra confesión de Fe, al mismo tiempo sostenemos las 5 Solas de la Reforma y las Doctrinas de la Gracia como marcas distintivas de una iglesia Reformada. Consideramos que la Historia de la Iglesia nos ha dejado una Herencia, la cual queremos guardar y defender. Estamos agradecidos con Dios por haber usado a Hermanos en el Pasado para bendición del Pueblo de Dios.
Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689
La Confesión de Fe Bautista de 1689, también llamada la Segunda Confesión de Fe Bautista de Londres, fue escrita por Bautistas Particulares, quienes se apegaron a una soteriología calvinista en Inglaterra para dar una expresión formal de su fe cristiana desde una perspectiva bautista.
- SOBRE LA SANTA BIBLIA
Toda la Biblia, y cada palabra de la misma, es inspirada por Dios, sin ningún error y con toda autoridad.
- SOBRE DIOS
Hay un Dios solamente, existiendo eternamente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios creó todas las cosas de la nada por la Palabra de Su poder en seis días y continúa manteniendo el control soberano absoluto sobre toda la Creación, sobre todas sus criaturas y sobre todos los eventos de la historia.
- SOBRE EL HOMBRE
El hombre, a través del pecado de Adán, se ha hundido en un estado de pecado y culpa, al desobedecer a Dios y violar su ley. Está corrompido en todas las facultades de su ser, muerto espiritualmente, sometido a la esclavitud de Satanás, por lo que es incapaz de agradar a Dios por sus propios esfuerzos, siendo merecedor solamente del juicio de Dios que acarrea sobre él la condenación eterna.
- SOBRE JESUCRISTO
Jesucristo, siendo Dios, tomó para sí una humanidad completa en el vientre de la virgen María, vivió una vida sin pecado, padeció una muerte como Sustituto por el pecado de Su pueblo para satisfacer las demandas justas de la ley de Dios, fue levantado corporalmente de entre los muertos evidenciando que su sacrificio fue aceptado delante de Dios Padre para llevar a cabo la eterna Salvación de sus elegidos, y ascendió al cielo, donde vive siempre para interceder por Su pueblo.
- SOBRE LA SALVACION
La salvación es la obra del trino Dios, comenzada en la eternidad por la elección amante del Padre sobre una multitud de pecadores merecedores del castigo eterno. Esta Salvación está basada enteramente en la obra perfecta del Hijo y no sobre ningún mérito humano, y es aplicada eficazmente por el Espíritu Santo dando vida a pecadores muertos espiritualmente. Esta obra de salvación es llevada a cabo, de principio a fin, solamente por la gracia de Dios. A la vez, Dios ordena a los hombres que se arrepientan de sus pecados y crean en el evangelio, las buenas nuevas para los perdidos. A aquellos que Él, por su Soberana Voluntad les da vida, los lleva a apartarse de sus pecados y a confiar en Cristo como el Único que tiene poder para salvarles y presentarles limpios y sin mancha delante de Dios.
- SOBRE EL CREYENTE
Todos los creyentes verdaderos, habiendo sido librados de la esclavitud del pecado y habiendo recibido por la gracia inmerecida de Dios el don de la fe, dan evidencias de un cambio salvador manifestando su obediencia a Cristo y evidenciando el fruto del Espíritu Santo en sus vidas. A estos Dios les manda y les capacita para creer y perseverar en la fe y santidad hasta el fin.
- SOBRE LA IGLESIA
La iglesia está compuesta solamente por pecadores arrepentidos que con fe confiesan a Jesucristo como su Señor y Salvador y se someten a Su gobierno y autoridad según se encuentra establecido en las Sagradas Escrituras. Estos creyentes cuando son bautizados sobre la base de su confesión de fe, pasan a formar parte de la iglesia local.
- SOBRE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
En su segunda venida, Cristo levantará a los muertos de sus sepulcros y juzgará a toda la raza humana. Su venida será personal, visible y gloriosa. En aquel tiempo, los incrédulos serán condenados por sus pecados y entregados al sufrimiento eterno en el infierno y los creyentes serán vindicados y glorificados por su justo Salvador, quien les rescató del pecado y de la muerte siendo Él mismo el Sustituto designado por el Padre para cumplir todas las demandas que la ley establece sobre el hombre. Cristo vino a rescatar a todos los que el Padre le dio, y con ese propósito, al final de los tiempos, en su segunda venida, introducirá a los creyentes en los nuevos cielos y la nueva tierra, en los cuales mora la justicia. La Segunda venida de Cristo marca el fin del mundo.
SOLA SCRIPTURA
La Palabra de Dios es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. Por tanto, nada que contradiga la revelación de Dios puede regular la vida del creyente (Gálatas 1:6-10; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:3).
SOLUS CHRISTUS
La salvación se encuentra solo en Cristo, excluyendo así todo otro camino para llegar a Dios (Hechos 4:12).
SOLA GRATIA
La salvación es un don de Dios. Por tanto, es algo que el pecador recibe de forma inmerecida basada en los méritos de Cristo alcanzados durante su vida, muerte y resurrección (Efesios 2:8).
SOLA FIDE
La salvación solo puede ser recibida cuando ponemos nuestra fe en Aquel que murió por nosotros, excluyendo la posibilidad de que nuestras obras puedan contribuir (Efesios 2:8-9, Romanos 3:28).
SOLI DEO GLORIA
El propósito de la salvación que recibimos es glorificar a Dios; poner de manifiesto las excelencias o virtudes de su carácter (Efesios 1:4-6; 1 Pedro 2:9).
DEPRAVACIÓN TOTAL
Como resultado de la caída de Adán, toda la raza humana está afectada; toda la humanidad está muerta en sus delitos y pecados. El hombre es incapaz de salvarse a sí mismo (Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Romanos 3:10-18).
ELECCIÓN INCONDICIONAL
Como el hombre está muerto en el pecado, es incapaz de iniciar una búsqueda de Dios; por tanto, en la eternidad pasada, Dios eligió a ciertas personas para salvación. La elección y predestinación son incondicionales; no se basan en la respuesta del hombre (Romanos 8:29-30; 9:11; Efesios 1:4-6, 11-12) porque el hombre es incapaz de responder, ni quiere hacerlo.
EXPIACIÓN LIMITADA
Como Dios determinó que solo ciertas personas debían ser salvas, como resultado de la elección incondicional de Dios, Él determino que Cristo debía morir solo por los elegidos. Todos los que Dios ha elegido y por quienes Cristo murió, serán salvos (Mateo 1:21; Juan 10:11; 17:9; Hechos 20:28; Romanos 8:32; Efesios 5:25).
GRACIA IRRESISTIBLE
Aquellos a quienes Dios eligió, los atrae a Sí Mismo a través de la gracia irresistible. Dios hace que el hombre esté dispuesto a venir a Él. Cuando Dios llama, el hombre responde (Juan 6:37, 44; 10:16).
PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS
Aquellos que Dios ha elegido y atraído a Sí Mismo a través del Espíritu Santo, perseverarán en la fe. Ninguno de los que Dios ha elegido se perderá; ellos están eternamente seguros (Juan 10:27-29; Romanos 8:29-30; Efesios 1:3-14).